jueves, 23 de julio de 2009

La seguridad social no entra en la rifa



Esta mañana he oído hablar en RNE al presidente de la patronal madrileña Arturo Fernández, daba su opinión sobre la fallida reunión-cena de alto nivel convocada por Zapatero, a la que asistieron, apare de otros miembros del gobierno, los secretarios generales de UGT, CCOO y el presidente de la patronal Díaz Ferran.

Como todos sabemos el diálogo social se encuentra encallado, la patronal pide una rebaja de cinco puntos en las contribuciones de las empresas al sistema de la seguridad social lo cual supone, una rebaja en las cuotas sobre lo que ahora cotizan de algo más del veinte por ciento.

Hasta ahora hay una negativa, sindical y el propio gobierno, a esta petición. El gobierno ofrece a cambio una rebaja de 0,5 puntos de modo permanente, mas un punto adicional durante un período de tiempo, se supone que mientras dure la crisis.

Un punto de la Seguridad Social se estima que en la actualidad puede suponer la no despreciable cantidad de 4.000 millones de euros. Los ingresos de la Seguridad Social ascendieron en el año 2008 a casi 120.000 millones de euros y los pagos en pensiones supusieron unos 111.500 millones. El excedente destinado al fondo de reserva fue por lo tanto 8.500 euros y el fondo de reserva constituido alcanza los 52.000 millones de euros, lo que daría para unos nueve meses en el caso de no producirse ingresos ya que la nómina de las pensiones, ascendía en Julio a los 6.500 millones de euros.

Los cinco puntos que pide la patronal significaría 20.000 millones de euros con lo que el sistema entraría en déficit para este mismo año.

Vista así la cosa, no parece que la seguridad social se viera muy afectada por la contrapropuesta del gobierno ya que en vez de destinar el cien por cien de los excedentes a las reservas habría que destinar tan solo el cincuenta por ciento. O lo que es lo mismo, 4.500 millones de euros irían a las reservas.

Sin embargo habría que tener sumo cuidado con esa rebaja. El crecimiento del pago de pensiones viene sufriendo una evolución al alza anualmente del 8% y en cuanto a los cotizantes de la seguridad social, es previsible que en función de la crisis económica se vayan reduciéndo. Con lo cual, es mas que previsible que el sistema, sin que tuviera lugar la reducción de las aportaciones, no generaría suficiente excedente para que se garantizaran las pensiones sin llevar a cabo una reforma hasta el año 2020 según la previsión contenida en el Pacto de Toledo.

En cambio, es inaceptable del todo la propuesta de la patronal y hacen bien, tanto sindicatos como gobierno, el oponerse a una pretensión que daría al traste con la seguridad social, tal como hoy la conocemos, en muy breve plazo de tiempo.

Decía Arturo Fernández, posiblemente en un lapsus mental, explicable en una persona tan llana y espontánea como es él, que, “… ahora nos toca a nosotros”. Seguramente Arturo Fernández pensaba que tras las inyecciones monetarias al sistema financiero, los 8.000 millones del Plan E, el sistema de financiación de las comunidades autónomas de 13.000 millones, ahora le tocaba a ellos, a los empresarios el pasar por caja para cobrar su parte de la crisis.

Ciertamente, la crisis hunde a unos y potencia a otros. Lo que pasa que casi siempre hunde a los mismos.

No, lamentablemente para los empresarios la seguridad no entra en la lotería del reparto. Entre otras cosas, porque ese dinero, gestionado por el gobierno es más que nada de todos los trabajadores y el gobierno haría mal, muy mal en tocar algo tan serio como eso.

El Pacto de Toledo emite un conjunto de recomendaciones sobre la seguridad social y en ese foro están representados los sindicatos sin embargo, se echa de menos una gestión más adecuada del sistema. ¿Para cuándo una reforma en el que estuviesen presentes a modo de comité de vigilancia los más interesados en él?

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