No entiendo nada, resulta que el BCE ha decidido inyectar liquidez al sistema bancario europeo por un monto total de 442.000 millones de euros en su reunión del día 23 de Junio con el objeto de que puedan disponer del suficiente dinero para operar. Al mismo tiempo, ha decidido flexibilizar las condiciones de estos préstamos en cuanto a los plazos de devolución, a un año, y a un interés del 1%. Un total de 1.121 bancos europeos han demandado estos préstamos.
El objeto de la ayuda es, como puede suponerse, facilitar las condiciones que hagan posible el que la economía de cada país ponga en marcha la maquinaria productiva, facilitando el crédito a las empresas y los ciudadanos. O sea, lo que se trata es de activar el crédito o al menos esa es la intención del banco central.
Mientras, seguimos observando que los créditos hipotecarios en su modalidad hipotecaria se vienen situando en la horquilla del interbancario más un punto, que las condiciones de concesión reducen los años para devolverlos, que las garantías son menos flexibles y que en ningún caso la cantidad concedida sobrepasará el 80% de la tasación de mercado y no el de venta, que siempre suele ser superior.
Conociendo como se conoce, que el crédito hipotecario se ha visto reducido casi a la mitad de los concedidos en los años anteriores y esto en función de la atonía del mercado inmobiliario, y debido sobre todo, a la incertidumbre que genera la inversión en vivienda, habrá que aventurar que en una gran parte las inyecciones de liquidez habrían de ir destinadas a la dinamización de la economía. Eso es lo que manifiestan sus promotores, aunque como casi siempre del dicho al hecho hay un buen trecho.
Ahora bien, si un ciudadano español o una empresa acude a una entidad bancaria solicitando un préstamo personal, el banco o la caja en cuestión requerirá, a día de hoy, del solicitante no solo garantías suficientes sino hacer el esfuerzo de pagar un interés superior al 11%.
Se le ocurre a alguien un negocio mayor que este de prestar a un ciudadano el dinero que ha recibido a su vez prestado del BCE con una ganancia anual del 10% en los créditos al consumo y superior al 8% en los otros créditos que no sean hipotecarios.
Si, evidentemente, será el ciudadano, el pueblo en general el que reflote los bancos y sanee las cuentas que ellos mismos deterioraron en los años anteriores.
No cabe duda alguna que esa impresionante lluvia de millones ofrecida por el BCE va a contribuir no tanto al despegue de la economía como a salvar a los bancos en las deudas que han contraído en el mercado interbancario. La reducción del crédito es sustancial, lo ofrecido este año es la mitad del que teníamos a mediados del 2008. Malo de Molina jefe de estudios del Banco de España asegura que la disponibilidad de crédito para familias y empresas seguirá siendo muy dificultosa durante los próximos meses y anuncia a su vez nuevas caídas en los ratios del dinero prestado.
Bien, si eso es así, ¿para qué tanto humo verde puesto a disposición del público? Que dejen de engañarnos. Entretanto, los parados de larga duración, a los que se les ha acabado la prestación por desempleo, siguen esperando algún tipo de ayuda. ¿Porque tanta prisa en unos casos y tanta dilación en otras?.
Alguien puede explicarlo, ¿Puede explicarlo la vicepresidenta económica del gobierno de todos los españoles?
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