Creíamos que todo se había acabado, y que con la celebración de las primarias del pasado domingo el período de enfrentamiento fraternal había llegado a su fin. Pues no, nada de eso. Ahora resulta que tras, el todo somos buenos, hay que hacer una piña, Tomás es ahora mi candidato etc. hay algo mas no muy perceptible a todos los ojos.
Existe un temor generalizado, entre los que apoyaron a Trini, de que la dirección regional pase la cuchilla y corte cabezas.
Siempre sospeché, lo he dejado escrito por aquí, que tras la encuesta elaborada por Varela y Blanco y la iniciativa de relegar a Tomás Gómez había algo más. Las mismas encuestas daban como nada seguro el que Trinidad Jiménez ganara a Esperanza Aguirre; La probabilidad de que Trinidad lograra eso era mayor que la de Tomás y se debía a que, entre otras cosas, este no era muy conocido en Madrid pero hasta ganar a Esperanza había un gran trecho.
Es difícil sustraerse a la atmosfera o tufillo que se desprende del asunto. Suena mucho mas a una iniciativa con la que controlar un partido regional que la de elaborar una candidatura ganadora. La sospecha está servida, y en el horizonte se refleja un afán por controlar todo el partido en el día posterior a la mas que previsible derrota electoral. El año de 1996, el descabezamiento del PSOE por la no presentación de Felipe González y las primarias subsiguientes, gravitan sobre todo ese escenario. Entre los cargos del PSOE, sobre todo entre los nuevos, hay pavor de que a la retirada de Zapatero vuelve a armarse la zapatiesta con unas primarias y no quede todo arreglado. Madrid no se encontraba en el redil adecuado y había que actuar.
Si Tomás Gómez no era conocido en España era porque los periódicos, las radios y las televisiones que leen y escuchan mas del cincuenta por ciento del electorado socialista por indicación de "arriba" lo han ninguneado. Todo lo contrario que a Oscar López, diputado socialista, secretario general del PSCL-PSOE, aparatchik oscuro en Ferraz hasta hace tres años, ojito derecho de Pepe Blanco y ahora, contertulio en emisoras gracias a la mano y el poder de su mentor.
Tomás, posiblemente muy a su pesar, ha recogido una cosecha inesperada. Las bases gritando en la sede de Callao “Democracia, Democracia” era un signo de cómo está el patio. El PSM se ha dividido en dos partes y ahora los perdedores reclaman integración. La historia política de Tomás Gómez avala gestos de este tipo; Siempre que se ha enfrentado en primarias ha integrado a los perdedores pero a Tomás, que precisará un grupo parlamentario fuerte y unido, se le abre una incógnita a despejar con los diputados que finalmente habrá de incorporar a la lista regional. Tomás tiene un partido fraccionado en el que la otra parte se sigue sintiendo respaldada por la dirección federal y por éllo envalentonada.
Esta vez los fraccionalistas no han sido unos trostkistas infiltrados, unos locos incontrolados que tenían la osadía de pensar por si mismo o un grupo de presión organizado por el constructor o agente inmobiliario de turno. Los fraccionalistas, los que han intentado hacerse con el partido primero y dividirlo después ha sido la propia dirección federal del partido y sus máximos dirigentes. Reparar esas heridas causadas por Zapatero, Blanco, Rubalcaba y una Trini que ahora se niega a empujar “por Madrid” en la segunda línea y prefiere conservar su confortable puesto en el ministerio llevará su tiempo y requerirá de un cirujano muy hábil.
Tomás ha recogido en forma de votos la cosecha, inesperada, de afiliados madrileños que estaban hasta el gorro de las muchas cosas que han pasado estos últimos cuatro años. Ha recogido aunque el exactamente no lo sepa, y a su pesar, las esperanzas de miles de afiliados que en el resto de España están igual. Ha recogido la esperanza de los votantes socialistas, casi un setenta por ciento, que no quieren ver a Zapatero al frente del gobierno, ni por supuesto, como candidato en las próximas elecciones.
La ventaja de Gómez con el electorado socialista es la desventaja del núcleo dirigente del PSOE – unos cinco mil cargos – y esto es así porque una gran parte de los que censuran a ese grupo dirigente en cualquier lugar que se encuentre se congratula del triunfo de Gómez logrado frente a la dirección del partido. Un candidato en Madrid respaldado por Zapatero es en estos momentos garantía de perder y, en cambio, esa distancia con Zapatero y con el núcleo dirigente puede revitalizar al votante socialista dormido o que se quiere quedar en casa en las próximas elecciones porque intuye, aunque no sea estrictamente eso, que lo que oferta el de Parla es algo sustancialmente diferente a lo actualmente vive con el socialismo gobernante.
Sería un error de cara a las elecciones el que Gómez se reclame zapaterista y siga proclamando, sin necesidad alguna y a los cuatro vientos, su apoyo al Secretario General del PSOE. Eso le quitará los votos frente a Esperanza Aguirre de muchos otros votantes socialistas. Tampoco lo contrario, pero ya que se gano a pulso la autonomía del PSM, ha de ejercerla contra viento y marea y sin rendir pleitesía.
Los partidarios de Blanco, Rubalcaba y Trini en Madrid - el postzapaterismo - seguirán con su guerra particular. Hoy tenemos la primera edición en la reunión del Comité Regional del PSM. Entre alabanzas y respaldos, que ninguno de los que están sentados allí se creerán habrá más de una advertencia por parte de Trini. La acusación la viene sirviendo ya desde la SER y El País; “nos van a echar de las listas” dicen.
¿Conviene a estos sectores el que Tomás Gómez pueda ganar u obtener el gran logro de que Aguirre no tenga la mayoría absoluta? Esa es mi duda, se está peleando por otra cosa, no por Madrid. La batalla de Madrid es como otras tantas guerrillas que por ahí se dirimen, los objetivos parecían claros; Ser candidato para perder, según todas las encuestas, frente a Aguirre no es plato de buen gusto, sobre todo para alguien que baja de un ministerio para ese cometido.
El celofán, los lazos, las llamadas a cerrar filas con el que ha ganado etc. envuelve en realidad un sórdido panorama de lucha en las barricadas para estar mejor posicionado en el día después y esa batalla, no están dispuestos a perderla los que actualmente se sientan a la derecha de dios padre. Habrá más.
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