Ayer de mañana tuvimos ocasión de escuchar en el programa de J.R.Lucas al profesor y escritor José Luis Sampedro, desde sus noventa y tres años nos hablaba sobre el hoy en España, en el mundo y sobre que podríamos esperar de esta crisis. Nuestro compañero de RBS Paco Piniella también se hizo eco de estas manifestaciones en su blog.
Pocas veces tanta sensatez se puede condensar en el corto espacio de tiempo de veinticinco minutos, dignísimas y oportunas palabras de una persona en el ocaso de su vida. No voy a extenderme sobre sus comentarios, mejor que él nadie los puede decir, me quedo con el argumento central. Hay un cambio de época porque el capitalismo ha llegado a su fin. El sistema ha hecho ¡pum! No da más de sí, seguirá un tiempo con sus estertores pero ha llegado al final. En esto coincide con el profesor Santiago Niño, en el futuro habrá nuevas formas de dominación y los que vengan tendrán que prepararse para hacer frente a ese periodo, que quizás, algunos de nosotros no veamos, pero si nuestros descendientes.
Estas enseñanzas vienen muy bien porque en este país y casi siempre cuando las canas suelen poblar la cabeza funciona un mecanismo muy curioso; Se suele abrir el cajón de los residuos y es ahí donde acaban en muy poco tiempo personas, ilusiones, profesiones e ideas. Otra cosa no son esos ERES, mal llamados voluntarios, que ha enviado a magníficos profesionales a un retiro en bastantes ocasiones obligado.
Es difícil entender las cosas que nos están pasando para los que fuimos educados con otros códigos. Ojo, no quiero decir que fueran mejores que los actuales solo digo que son distintos. Crecimos, los de mi generación, en una selva de ilusiones, se consiguió recuperar para la vida y en el gusto por la vida algunas cosas que ahora la reacción y determinados políticos vienen eliminando a caballo de unas crisis que me preguntó, si no serán forzadas con el único objetivo de ir cargándose uno tras otro los derechos tan difícilmente conquistados. La banca, el poder, como en casi todos los casinos siempre gana. Existe un repliegue, un quitar las “debilidades” adquiridas por la ciudadanía en los sesenta, setenta, ochenta y primeros de los noventa.
Pérez Reverte, perdón, nuevamente pido perdón a los puristas de la izquierda, nos contaba hoy en el mismo programa, y a propósito de la presentación de su nueva novela, que dejó de ser periodista cuando vio que no era ese ya su tiempo, cuando se percató de que en los conflictos y en su primera línea, el periodista informaba con un teléfono por satélite en su mano de combates y movimientos. Él, que tenía que utilizar aquello tan antiguo del telex y hacía reportajes que no perdía su vigencia ni su actualidad hasta un mes después.
Cierto, luego más tarde nos enteramos de que al igual que en los mítines modernos, en la guerra del Golfo y de Irak los ataques y los movimientos de tropa se efectuaban cuando la CNN o la Fox conectaba en directo con sus corresponsales. El escritor comentaba a continuación que quiénes le enseñaron el oficio, sus maestros, habían nacido en el XIX.
A mi me pasa lo mismo. Cuando estudiaba el bachillerato en Larache a finales de los cincuenta, el director de los Hermanos Maristas, el hermano Matías, tendría una edad que nos indicaba claramente que su nacimiento habría que situarlo en el entorno de los finales del siglo XIX. Lo mismo ocurriría con el hermano Mauro, aquel navarro que llegando Junio, entre clase y clase, nos hablaba de los encierros de San Fermín.
Sampedro, al que recomiendo escuchar atentamente, llega a la siguiente conclusión: Nos encontramos en los albores de una época en el que el sistema de dirección consistiría en algo parecido a un “despotismo tecnificado” O sea, un grupo selecto que nos dirigirá en el futuro bajo las banderas de la competitividad y productividad creciente.
Reverte y Sampedro coincide en la necesidad de una medicina urgente para la sociedad española, esa medicina consiste en la educación, no solo para las nuevas generaciones, para los que estudian en la actualidad sino para el conjunto de la población. Este país necesita grandes dosis de formación y educación a todos los niveles.
El sistema de los partidos políticos ya ni atrae ni sirven para nada, es algo viejo, inútil, es el foro social, son las asociaciones, las plataformas nos dice el viejo profesor los nuevos cauces para la defensa y en algunos casos el cambio de las cosas.
Me produce inquietud la uniformidad. Me es lo mismo, los que acuden a las gradas de un estadio equipado con las mismas camisetas que los que juegan y los que asisten a ese mismo pabellón o estadio a la liturgia de respaldar ciegamente a su partido, a sus líderes hasta los límites a donde quieran conducirlos.
Se llegó hasta donde se llegó. El primer mandamiento del civismo, de la independencia personal es hoy el escepticismo, cuando no el cinismo filosófico y a partir de aquí, solo cabe no la organización, si no la coordinación y el trabajo conjunto de los que piensan igual sobre un determinado tema o tratan de resolver un problema. Desde la libertad, que no desde la uniformidad y en torno a una serie de objetivos concretos. Grupos, masas no estandarizadas, flexibles en función de objetivos y circunstancias.
A estas alturas y visto lo visto, pienso que esa es la única vía posible para poder construir el futuro, un futuro en el que se pueda hacer frente a ese “despotismo tecnificado” instalado hoy de modo incipiente en los partidos y sindicatos y con mas crudeza, posiblemente, en el futuro. Son muchos años de engaño, del mal menor, del oportunismo político, de vender mercancías falsas para seguir en una infernal rueca que conduce a este país de modo irremediable hacia la pauperización moral y material.
Estas enseñanzas vienen muy bien porque en este país y casi siempre cuando las canas suelen poblar la cabeza funciona un mecanismo muy curioso; Se suele abrir el cajón de los residuos y es ahí donde acaban en muy poco tiempo personas, ilusiones, profesiones e ideas. Otra cosa no son esos ERES, mal llamados voluntarios, que ha enviado a magníficos profesionales a un retiro en bastantes ocasiones obligado.
Es difícil entender las cosas que nos están pasando para los que fuimos educados con otros códigos. Ojo, no quiero decir que fueran mejores que los actuales solo digo que son distintos. Crecimos, los de mi generación, en una selva de ilusiones, se consiguió recuperar para la vida y en el gusto por la vida algunas cosas que ahora la reacción y determinados políticos vienen eliminando a caballo de unas crisis que me preguntó, si no serán forzadas con el único objetivo de ir cargándose uno tras otro los derechos tan difícilmente conquistados. La banca, el poder, como en casi todos los casinos siempre gana. Existe un repliegue, un quitar las “debilidades” adquiridas por la ciudadanía en los sesenta, setenta, ochenta y primeros de los noventa.
Pérez Reverte, perdón, nuevamente pido perdón a los puristas de la izquierda, nos contaba hoy en el mismo programa, y a propósito de la presentación de su nueva novela, que dejó de ser periodista cuando vio que no era ese ya su tiempo, cuando se percató de que en los conflictos y en su primera línea, el periodista informaba con un teléfono por satélite en su mano de combates y movimientos. Él, que tenía que utilizar aquello tan antiguo del telex y hacía reportajes que no perdía su vigencia ni su actualidad hasta un mes después.
Cierto, luego más tarde nos enteramos de que al igual que en los mítines modernos, en la guerra del Golfo y de Irak los ataques y los movimientos de tropa se efectuaban cuando la CNN o la Fox conectaba en directo con sus corresponsales. El escritor comentaba a continuación que quiénes le enseñaron el oficio, sus maestros, habían nacido en el XIX.
A mi me pasa lo mismo. Cuando estudiaba el bachillerato en Larache a finales de los cincuenta, el director de los Hermanos Maristas, el hermano Matías, tendría una edad que nos indicaba claramente que su nacimiento habría que situarlo en el entorno de los finales del siglo XIX. Lo mismo ocurriría con el hermano Mauro, aquel navarro que llegando Junio, entre clase y clase, nos hablaba de los encierros de San Fermín.
Sampedro, al que recomiendo escuchar atentamente, llega a la siguiente conclusión: Nos encontramos en los albores de una época en el que el sistema de dirección consistiría en algo parecido a un “despotismo tecnificado” O sea, un grupo selecto que nos dirigirá en el futuro bajo las banderas de la competitividad y productividad creciente.
Reverte y Sampedro coincide en la necesidad de una medicina urgente para la sociedad española, esa medicina consiste en la educación, no solo para las nuevas generaciones, para los que estudian en la actualidad sino para el conjunto de la población. Este país necesita grandes dosis de formación y educación a todos los niveles.
El sistema de los partidos políticos ya ni atrae ni sirven para nada, es algo viejo, inútil, es el foro social, son las asociaciones, las plataformas nos dice el viejo profesor los nuevos cauces para la defensa y en algunos casos el cambio de las cosas.
Me produce inquietud la uniformidad. Me es lo mismo, los que acuden a las gradas de un estadio equipado con las mismas camisetas que los que juegan y los que asisten a ese mismo pabellón o estadio a la liturgia de respaldar ciegamente a su partido, a sus líderes hasta los límites a donde quieran conducirlos.
Se llegó hasta donde se llegó. El primer mandamiento del civismo, de la independencia personal es hoy el escepticismo, cuando no el cinismo filosófico y a partir de aquí, solo cabe no la organización, si no la coordinación y el trabajo conjunto de los que piensan igual sobre un determinado tema o tratan de resolver un problema. Desde la libertad, que no desde la uniformidad y en torno a una serie de objetivos concretos. Grupos, masas no estandarizadas, flexibles en función de objetivos y circunstancias.
A estas alturas y visto lo visto, pienso que esa es la única vía posible para poder construir el futuro, un futuro en el que se pueda hacer frente a ese “despotismo tecnificado” instalado hoy de modo incipiente en los partidos y sindicatos y con mas crudeza, posiblemente, en el futuro. Son muchos años de engaño, del mal menor, del oportunismo político, de vender mercancías falsas para seguir en una infernal rueca que conduce a este país de modo irremediable hacia la pauperización moral y material.
No coincido con el punto de vista de Sampedro, y desde luego no con lo que dice don Arturo - habida cuenta que él está por encima del bien y del mal, mirándonos por encima del hombro -, sea lo que sea. El capitalismo, amigas y amigos, no sólo no está acabado ni agoniza sino que goza de una salud envidiable. No pensemos, ni por un momento, que las crisis cíclicas, sean lo graves que sean, ponen en peligro al sistema porque son inherentes a él. Lo único que pone en peligro al capitalismo es el socialismo y lo demás son mandangas. No pensemos, como Marx, que el capitalismo colapsará por propia iniciativa porque podéis sentaos cómodamente que tenéis una larga espera por delante; tampoco es que, como dijo Fukuyama, hayamos llegado al final de la Historia y sólo nos quede perfeccionar el modelo, pero si queremos arrumbarlo habrá que tomar la iniciativa.
ResponderEliminarEsquirlas.
ResponderEliminarSegún lo veo yo, Sampedro no dice que se va acabar la explotación nada de eso, dice que el capitalismo, creo que nos viene a decir que sobre las bases que esta fundado se van al carajo, es mas considera que lo de la economía sostenible es un sinsentido.
Explotación habrá, seguirá habiendola y no se trata de que esperemos porque ese enemigo se acaba. Tampoco.
El capitalismo es algo reciente 250 años? respondía a un modelo, el industrial, es posible que la dominación se tralade a un sistema, de todos modos es hacer futurismo. Lo de Reverte ( joder la de adversarios que tiene el tío) es una manifestación sobre la necesidad de la educación en este país o no es necesaria?-
Eso no invalida la existencia y la necesidad del socialismo, lo que pasa es que yo personalmente no me creo que por llamarse algo o alguien socialista lo sea. Es más, pruebas sobradas de lo contrario se están dando.
Gracias por pasarte por este blog y aportar tus consideraciones.
Yo creo que Sampedro sí pronostica el fin del capitalismo. Puede que lo que yo entiendo por "fin del capitalismo" no sea lo mismo que lo que él entiende. Eso se lo concedo.
ResponderEliminarLo de don Arturo, no te engañes, es una pose. Detrás no hay nada, vacío absoluto, en todo caso sólo ánimo de lucro. Sin embargo, lo que no es de recibo, es que este señor se ha leído dos libros de Historia y ya se cree con derecho a reescribirla y a pontificar sobre la disciplina. Seamos serios y no demos cancha a demagogos de semejante calibre. No es enemistad sino coherencia.
Coincido contigo en tu último párrafo. El socialismo, como el movimiento, se demuestra andando y últimamente, es cierto, hay gente que habla mucho pero que anda muy poco y a veces en sentido contrario.
De nada, pero gracias a tí por escribir en el blog, porque si paso por aquí es porque me gusta lo que escribes.
Desde que comenzó esta tormenta económica, siempre sentí que era como el final de una gran orgía, donde todos, unos mas y otros menos no habíamos revolcado.
ResponderEliminarLo he dicho tambien en diversos sitios, que ahora parchearan las grietas como puedan, porque si esto se cae, no les habrá servido de nada ordeñar la vaca hasta la extenuación.
Así que piensan que el sistema, con campañas como esa donde la gente guapa le dice a la gente menos guapa, que lo tenemos que arreglar entre todos. Con campañas como esta, nos están diciendo que paguemos nosotros la ronda, que luego ellos siguen la juerga. Decía que piensan que con un agujero del cinturón será suficiente y luego otra vez a vivir como marqueses.
Pero me da que cuando vuelva el péndulo derribara todo el entramado que estamos construyendo, intentando que el agua se mantenga en el estrecho cauce que le hemos dejado, después de invadir todas sus márgenes con acciones especulativa de todo tipo.
Abrazos.
El capitalismo hoy casi es bandidaje ¿no? claro yo no estoy muy enterado. ES SÓLO LO QUE VEO. Un saludo.
ResponderEliminarYo pensaba que la crisis económica era tan fuerte que nada volvería a ser igual. Ni el comportamiento de las entidades financieras porque serían reguladas debidamente, ni el sinsentir de una sociedad en la que prima lo inmediato y lo fácil. Sí. Eso pensaba. No que hubiera haber una gran revolución, un gran cambio. No. Pero sí que algunos conceptos asumidos cambiarían. Por la fuerza de los hechos.
ResponderEliminarAhora me doy cuenta que como siempre soy optimista, quizás simplemente "ilusa".
De acuerdo totalmente que lo que pasa a nuestra sociedad es que le falta educación, formación, cultura. Todos somos responsables. Desde los medios públicos que programan bazofias para consumo de la plebe, hasta los educadores y por supuesto pasando por la familia, máxime responsable.
Los partidos políticos lo son en grado máximo. En principio creo que el bipartidismo es un auténtico cancer de la democracia y que ambos partidos cada vez están más lejos de la ciudadanía que se siente directamente desafectada de sus políticos.
No soy mujer pesimista aunque desde luego hoy no lo parece, verdad? Debe ser porque en Madrid llevamos días sin ver el sol y empieza a afectarme.
Creo en el poder de la cultura y en el movimiento ciudadano.
Admiro inmensamente a Sampedro, como profesor y también como novelista.
Un beso y gracias por los piropos del otro día y por dejarme explayarme en tu casa.
Buen fin de semana
Hola amigo Miguel:
ResponderEliminarComo bien dices, "a partir de aquí solo cabe, no la organización, si no la coordinación y el trabajo conjunto de los que piensan igual sobre un determinado tema o tratan de resolver un problema. Desde la libertad, que no desde la uniformidad y en torno a una serie de objetivos concretos. Grupos, masas no estandarizadas, flexibles en función de objetivos y circunstancias."
Por mi parte no podría explicarlo mejor, eso que afirmas es una buena síntesis de esto en lo que ahora estamos muchos, todos los que nos llamamos progresistas y apostamos por un socialismo democrático.
Otro tema.-
El secretario general del PSOE extremeño y presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, ha afirmado hoy en Cáceres que "no son tiempos para la lírica, pero sí para la épica de la política" y ha especificado que "ahora, más que nunca", los políticos "debemos estar preparados para dar la respuesta que los ciudadanos esperan de nosotros".
El secretario general de los socialistas extremeños ha indicado que "nos encontramos en tiempos en los que el interés por la política hay que despertarlo". "Ahora nos toca hacer política de otra manera, con otros argumentos".
Esta es la línea adecuada, qué bien suenan estos acordes; esperemos que el conjunto del partido los tome como propios y los demuestre con hechos prácticos.
Recibe un muy fuerte abrazote amigo.
Mateosantamarta.
ResponderEliminarDesde mi punto de vista lo del Partido Popular pertenece al estado previo de los partidos políticos. Es un conglomerado de intereses y salvaguarda de intereses de determinada gente que ni siquiera precisa estar en el partido. Pertenece a esa España de siempre, la españa intemporal, la que desde los Reyes Católicos e incluso antes ha embridado a este pueblo. Lo malo es que, a mi juicio, la respuesta principal recae cada vez más en un grupo de intreses, de una casta. Lo siento, soy así de negativo, me preocupa ese alejamiento del pueblo, el mirarse el ombligo, el centrar la defensa en minorías a las que hay que respetar, proteger y otorgar todos los derechos pero que en modo alguno puede centrar todas las políticas.
Gracias por pasarte por esta tu casa, un saludo.
Feluky,
ResponderEliminarA propósito de lo que mencionas he oído esta mañana en la radio que Goldman Sachs esta fichando toda un suerte de gente para sentar el nuevo orden, de entrar y "conexionarse" con los legítimamente electos para reconducir las cosas.
No cabe duda, estamos "entrados" hasta los tuétanos y ante eso pienso en cual puede ser nuestra capacidad de reacción en tu blog, tratas el tema de las SIPs. Las Sips, mediante las estructuras que las ontrole y las dirige pueden saltar el esquema de gobierno de las cajas.
Las cajas en estos momentos, sin exclusión, pueden ser quebradas si se les corta el grifo del crédito. !Van a por todas¡
Saludos,
Cármen, eso es lo que creíamos todos. Como ves de regular a mayores nada de nada. La mayoría recibieron del gobierno avales y dinero nuestro para seguir apretandonos.
ResponderEliminarEste es un mundo de locos. La cuestión en estos momentos es que nos están haciendo creer que solo hay una salida y vamos como los toros en San Fermín consucidos por cabestros hacia los chiqueros.
Hay toda una legión además de disciplinados militantes a matar y morir ( esto es figurado claro está ) por lo que les dicen sus líderes.
Habrá que pensar en que todo esto de lo que se viene hablando en la red y de los miles y miles de ciudadnaos que leen y piensan igual, tome forma de un modo mas ordenado.
saludos,
La cuestión Javier, tal como la veo, es que hay que poner una especie de cascabel al gato, teorizar (suena mal esta palabra pero es necesario) de la palabra a la acción, no supone entrar en política como protagonistas, no se trata de eso, se trata ed condicionar la política que otros hacen en nuestro nombre. Ese es uno de los objetivos desde mi punto de vista.
ResponderEliminarConsidero que Guillermo tendra sus condicionantes, rutinas y apoyos que le hace decir algunas cosas, en relación con la política nacional, y seguir otras que posiblemente no se adecúen exactamente a lo que piensa pero si es cierto que a diferencia de otros políticos le hace estar muy al tanto del pulso de la calle.
La vía es esa, que reciba constantemente esos Imputs con los que equilibrar los consejos de aparatos y tiralevitas.
Saludos,